Fuente original de: WARC, 2019.

Los neurocientíficos dicen que las personas tienen una mentalidad más receptiva cuando escuchan la radio en comparación a cuando ven la televisión, pero los anuncios de radio aún necesitan “lanzarse de golpe”, según un especialista en este mercado.

Cuando las personas escuchan la radio, el cerebro se mueve de una frecuencia beta a una alfa, Ralph Van Dijk, fundador de la agencia Eardrum especializada en radio y audio, contó en la conferencia de Mumbrella Audioland en Sídney.

Mientras la frecuencia beta es alerta, concentrada y algo estresada, alfa es lenta, un estado mental más relajado, explicó él- y esta es la condición ideal para consumir nueva información y desarrollar tareas más complejas.

“Es lo que la ciencia deportiva llama ‘la zona’”, explicó él.

Esta disminución en la frecuencia o en el nivel de actividad en el cerebro puede llevar a un aumento significativo en los químicos que hacen a la persona sentirse bien, como lo son la dopamina y endorfina, creando una especie de estado o punto dulce- un estado mental ideal para estar escuchando anuncios.

“Las personas usan los audios para sentirse más felices” dijo Van Dijk. “Y entre más felices estén, más receptivos son a los anuncios”

Pero eso el anuncio en sí mismo no es suficiente para lograr tener un impacto, considerando que los oyentes pueden fácilmente escoger apagarse de manera mental.

“El anuncio comienza. Cinco, ¿esto es interesante? Cuatro, este hombre me está gritando. Tres, este señor es aburrido. Dos, esto es completamente irrelevante. Uno, ahora estoy pensando en la cena.”, dijo él. “Entonces no he tocado la radio. No he hecho nada, pero mentalmente, estoy afuera de ahí.”

Por eso es por lo que “usted necesita salir dando golpes”, Van Dijk declaró.

“Usted necesita salir con una idea que vaya realmente a traer a los oyentes a su mundo y luego sacarlos de cualquier cosa en la que estén pensando. Ellos pudieron haberse apagado y usted necesita traerlos de vuelta a su mundo.”

“Usted simplemente no puede darse el lujo de ser aburrido, predecible o insincero en este entorno”.