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El debate sobre la Inteligencia Artificial
Para el 2035 no habrá manera ni razón para que la mente humana trate de alcanzar la capacidad de una máquina de inteligencia artificial, o por lo menos esto es algo que asegura el reconocido futurista Gray Scott.
Hoy, somos testigos de los avances que se han hecho en el aprendizaje automatizado y la inteligencia artificial. Ya no tratamos únicamente con máquinas creadas para identificar patrones y resolver tareas sencillas, facilitando el trabajo de algunos empleados, sino con tecnología capaz de aprender continuamente, analizando y prediciendo lo que pasará en el mundo.
Para los consumidores estos avances han significado mejoras palpables en sus actividades diarias, al potenciar sus habilidades y ayudarles proactivamente en la toma de decisiones, como sucede con el “comercio invisible”, donde dispositivos para el hogar y el trabajo mantienen un registro de los suministros domésticos y son capaces de re-ordenarlos automáticamente cuando identifican que están cerca de acabarse. Lo anterior, soluciona una necesidad real de las personas, pues este registro les recuerda lo que necesitan y les permite ahorrar tiempo consiguiéndolo.
Se prevé que lo anterior podría llevar a que, poco a poco, los consumidores permitan que sean algoritmos quienes decidan cuales marcas y productos son los que más les convienen obtener, delegando esta tarea y la experiencia de compra a un sistema (como se discute en el trend: Compra en flujo). Conforme esta práctica se integre en el día a día de las personas, el trato y los beneficios que las y los usuarios obtendrán de estos dispositivos, será cada vez más personalizado y hecho a la medida.
Otras características llamativas que motivan a los consumidores a aprovechar la inteligencia artificial son las siguientes:El campo de la inteligencia artificial
Esta tendencia ha afectado principalmente a la industria de la compra minorista (retail), el desarrollo de marcas (branding) y los medios, porque muchos consumidores estan dispuestos a adoptar maquinas que sean capaces de identificar sus necesidades (presentes y futuras) y satisfacerlas de manera conveniente a nivel comercial.
Las compañías que ya adoptaron el uso de la IA, la utilizan principalmente para tomar desciones estrategicas y calculadas, el mercadeo de sus productos y el análisis de datos. De hecho, el 47% de las organizaciones digitales maduras o que emplean prácticas avanzadas, aseguran que tienen una etsrategia definida de inteligencia artificial.
A pesar de lo anterior, la influencia de estos dispositivos no se limita a utilidades funcionales, prácticas y racionales, sino que tambien se ha explorado su uso en el campo emocional. Poco a poco, se estan creando máquinas que comprenden mejor el comportamiento de las personas, sus gestos y expresiones faciales, siendo capaces de dar respuestas que aparentan ser emocionalmente inteligentes. Un ejemplo de esto es el caso de Sensum, una compañía que automatiza la empatía para mejorar la interaccion humano-máquina.
El temor que invade la inteligencia artificial
Son muchos los avances y aportes que se han visto a nivel mundial producto de la inteligencia artificial y el aprendizaje de las máquinas, pero el uso de estas herramientas predomina en mercados desarrollados, donde la conveniencia suele ser una prioridad.
Aunque muchas personas reconocen el potencial que tiene esta tendencia para mejorar el mundo, otros han advertido sus posibles implicaciones negativas. Por ejemplo, se dice que al llegar el año 2025, un 25% de los empleos en Reino Unido serán asumidos por robots o softwares inteligentes, lo que aumentará la productividad laboral en un 40% pero dejará a muchos sujetos sin trabajo. También se señala que 66% de los consumidores globales están de acuerdo con que las personas que no se adapten al uso de la tecnología, quedarán rezagadas y tendrán dificultad para encontrar trabajo en el futuro (Foresight Factory, 2017).
En la actualidad, en un sesenta porciento de las ocupaciones, un tercio de las labores podrían automatizarse utilizando la tecnología que ya existe. No obstante, un 55% de los consumidores a nivel mundial creen que las compañías deberían priorizar el empleo humano sobre los robots o servicios automatizados, inclusive si esto significa que tengan que ofrecer precios más altos. Aunque existe la posibilidad de que se automaticen más labores, hasta el momento, esto se ve truncado por falta de aceptación social.
IA con miras al futuro
La empresa Juniper Research señaló, en uno de sus estudios sobre la industria minoritas, que la inversión global en inteligencia artificial crecerá $7.3 billones al año para el 2022. Esto sucederá porque cada vez son más las compañías que invierten en herramientas automatizadas e inteligentes, lo que les permiten mejorar sus productos y servicios, adquirir más conocimiento sobre sus clientes y lograr más ventas.
Como dijo Stephen Hawkings, puede que la inteligencia artificial sea lo mejor o lo peor que le haya pasado a la humanidad, pero en nuestro caso, aún estamos en proceso de descubrirlo. De lo que no tenemos duda es que todas las marcas y negocios deben ir adoptando esta tendencia, ya que será una ventaja fundamental para poder competir en el futuro.
Fuente: OMD, Trends.
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