De gasolina a opciones eco

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De gasolina a opciones eco

Para casi nadie es desconocido los conflictos que se están desarrollando a nivel internacional, pero estos se vuelven aún más evidentes cuando toca hacer una visita a la gasolinera. Esta realidad, junto a la preocupación por la contaminación y el medio ambiente va en aumento, llevando tanto a consumidores como a empresas a buscar alternativas menos contaminantes y otras opciones para movilizarse.

Ante un alza de precios en cuestión de meses y poca certeza de cuando se verá una luz al final del túnel, las marcas se enfrentan a nuevos retos y consumidores exigiendo mejores soluciones. Lo que nos lleva a cuestionarnos, ¿Cómo la presión eco-ambiental y el contexto mundial están provocando cambios y afectando la industria automovilística?

Un repaso breve de lo que ha sucedido en el mercado

La historia del carro eléctrico es poco clara, pues el primer prototipo se atribuye a diferentes inventores alrededor del mundo. Los modelos pasaron desde carruajes, hasta coches con forma de bala y algunos vehículos de uso particular, especialmente usados por la clase adinerada por ser más silenciosos y rápidos. Sin embargo, el avance que se venía liderando en esta área se pausó en los años 90s, por la preferencia de automóviles de gasolina con la industrialización y popularización del motor de Henry Ford.

No obstante, pareciera que poco a poco los papeles se comienzan a invertir, con consumidores buscando cambiar sus vehículos basados en gasolina a alternativas hibridas o completamente eléctricas. Esto responde a una mayor concientización por parte de los conductores, que han escuchado que el 25% de las emisiones globales de CO2 provienen de servicios de transportes, y el 75% de esta cantidad corresponde a los vehículos en carretera.

Ante esta realidad, países como Noruega han hecho muchos esfuerzos por alcanzar el cambio, logrando que un 64% de los vehículos vendidos en su país sean eléctricos. Mientras, Costa Rica le sigue los pasos, siendo el país que para el 2020 tiene la mayor cantidad de autos eléctricos per cápita en Latinoamérica y planteándose la meta de que todos los vehículos livianos que ingresen al país sean eléctricos para el 2030. En otras palabras, se espera que para el próximo año (2023), 1.4 millones de automóviles en las carreteras costarricenses sean eléctricos.

Esto se replica en otros países, pero aún requiere de tiempo para reforzarse, pues The New York Times señala que, durante el 2021, solo el 9% de las ventas globales de automóviles consistió de este tipo eléctrico. Esto es y será un empujón para la llegada de docenas de nuevas fábricas de baterías y vehículos eléctrico (VE), pero implicará el cierre de cientos otras fabricadoras de tubos de escape o sistemas de inyección de combustible.

Marcas en búsqueda del cambio

Ante el reto de re-imaginar más de una industria, muchas marcas se han cuestionado cómo accionar y resaltar ante los ojos del consumidor eco-amigable. Ford, por ejemplo, lo ha hecho escuchando a sus consumidos, quienes aprecian lo moderno y por supuesto quieren dejar atrás la contaminación. Por lo tanto, esta marca hará la mayor inversión que ha realizado en la historia, al crear una fábrica especializada en vehículos eléctricos. Este nuevo centro de manufactura se llamará Ford Model-e y Ford Blue permanecerá como su división dedicada a motores tradicionales de combustión. Sin embargo, su meta está en que la mitad de su producción corra bajo la división de Model-e para el 2030.

Algo similar sucede con Toyota, que en el 2021 anunció haber fortalecido relaciones con Panasonic, para la fabricación de las baterías para sus próximos vehículos. Esto es una gran noticia, en especial porque ambas empresas han hecho muchos esfuerzos en reducir sus costos, de tal forma que en conjunto van en búsqueda del liderazgo de carros eco-amigables a un precio más económico.

Por otro lado, algunas empresas están explorando el uso de otro tipo de alternativas que podrían servir en la industria automovilística. Por ejemplo, Peugeot Citroën creo la tecnología “Hybrid Air”, la cual combina un sistema de almacenamiento de energía de aire comprimido con motorización de gasolina. Este acercamiento, aunque no acaba con el uso del combustible fósil, si logra reducir aproximadamente 53 g/km de las emisiones de CO2 en un automóvil mediano.

El perfil del conductor eléctrico

Con el lanzamiento de nuevos modelos, diseños atractivos y ventajas a nivel legal, la mayoría soñamos con tener un vehículo eléctrico. Pero deberíamos partir por preguntarnos, ¿Cómo son realmente los consumidores que se han podido dar el lujo de comprar uno de estos vehículos?

Según un estudio realizado por Kantar (2021) sobre consumidores de vehículos eléctricos (VE), los principales clientes a nivel mundial son hombres mayores de edad, quienes se dedican a puestos directivos o altos dentro de empresas. La razón por la que estos se inclinan por un VE es por la integración en el diseño de tecnología de última generación, el ahorro a largo plazo en combustible y la reducción de su impacto en el medio ambiente. Estos consumidores incluso están dispuestos a pagar un 10% adicional por un auto de calidad y que sustituya el combustible tradicional por una alternativa; pero algunos se ven desalentados por el miedo a no contar con suficientes puestos de carga cerca de sus rutas habituales.

Ante este posible “punto de dolor”, en Costa Rica se han creado propuestas para colocar más puestos de carga accesibles a nivel nacional. Por ejemplo, se creó la Ruta Eléctrica Monteverde, que cuanta con 85 puntos de carga especiales para este tipo de vehículos. Con esto, se pretende facilitar el acceso a lugares turísticos y más lejanos a la ciudad, sin que exista la ansiedad de quedarse sin energía. Así mismo, se planea llegar a 14 ciudades distintas con este tipo de estaciones de carga.

Otra característica que destaca Kantar de este consumidor, es su pasión por el mundo de la tecnología y el deseo de siempre contra con la última moda en productos. Esta habilidad tecnológica y acercamiento al mundo digital, hace que el 60% de ellos empiecen su búsqueda de información casi seis meses previo al momento de compra. Asimismo, sus decisiones se ven influenciadas por opiniones y comentarios de conocidos, publicidad en RRSS -90% actuó después de ver publicidad digital de VE- y sus propias visitas a sitios web.

Además de utilizar el internet para hacer gran parte de su investigación previa a la compra, el 68% están interesados en tener la opción de experimentar de manera virtual otros puntos de contacto con las marcas. Por ejemplo, les gustaría tener videollamadas con los concesionarios, tours por video y terminar de realizar sus gestiones online. En especial porque sienten que las marcas hacen un uso bastante pobre de su comunicación cuando se trata de sus modelos eléctricos. Incluso, más de 20% de los potenciales consumidores de VE dijeron que sentían que no tenían suficiente información disponible para comparar entre modelos e identificar los beneficios y ventajas de cada uno. Por esta razón General Motors quiere empezar a informar sobre sus modelos eco-amigables, lanzando la campaña de “Everybody in”, con el fin de empezar a educar a los potenciales consumidores.

¿Qué deberíamos llevarnos de esto?

Como hemos demostrado, el mercado de automóviles ha evolucionado a través de los últimos años; y se proyecta como una industria que busca construir un futuro más innovador, ecológico y amigable. Esto viene liderado por los consumidores e, incluso, los movimientos sociales que han recalcado la importancia de ir detrás de la energía renovable, antes de aferrarnos al combustible tradicional. Claro está que, las marcas de vehículos han escuchado a los consumidores, generando cambios importantes en sus empresas; mientras también impactan sus cadenas de suministro y las industrias asociadas.

No obstante, no podemos pensar que ya todos están convencidos de este cambio. Gran parte de la labor que tenemos los publicistas y comunicadores será mejorar las propuestas de las marcas y asegurar sembrar el interés en cada vez más consumidores. Pues, como se mencionó anteriormente, la industria ha pecado por no brindar suficiente contenido informativo que invite a concretar la compra.