Cuando un color también te invita a leer
Imaginá por un segundo que los mundos se mezclan: que un color no solo decora tu pared, sino que también abre la puerta a una historia, a una idea, a un viaje interior.
Eso es justo lo que pasa con El color para leer, una campaña que une a dos marcas gigantes que llevan décadas tocando vidas en México: Comex, que viste las casas de colores, y Gandhi, que pinta las mentes de libros.
Lo mágico de esta colaboración es que parte de algo tan sencillo como poderoso:
Los colores transforman los espacios, y la lectura transforma a las personas.
Y juntas, esas dos fuerzas hacen un clic poderoso. En este caso, el inconfundible amarillo de Gandhi, ese que ya se siente parte de la cultura mexicana, se convierte en una experiencia que trasciende lo visual para convertirse en un recordatorio: leer es también llenar tu mundo de color.
Nos encanta cómo lo aterrizaron: podés ir a Comex y literalmente llevarte “el color para leer” a tu casa. Y no es solo pintura, es un pedacito de esa identidad juguetona, divertida e inteligente que Gandhi ha sabido mantener en cada campaña. Ese mismo amarillo vibrante que antes veías en un espectacular con frases ingeniosas ahora puede estar en tu cuarto, en tu sala o en ese rinconcito donde abrís tus libros favoritos.
La campaña no se quedó en un par de anuncios. Se lanzó en formatos enormes y visibles: muros urbanos, espectaculares, aeropuertos, túneles. Todos lugares por donde pasamos distraídos, y de repente ¡pum! un recordatorio amarillo que te invita a leer, a imaginar y a darle a tu espacio una nueva vida.
Cada pieza conserva la esencia de Gandhi: esas frases que hacen sonreír, que te sacuden tantito la rutina, ahora dialogan con la propuesta cromática de Comex. Es un guiño a que tanto los colores como las palabras son lenguajes universales que nos conectan y nos inspiran.
Pocas marcas logran apropiarse de algo tan cotidiano y hacerlo parte de la cultura. Y aquí no hablamos de una, sino de dos que, al unirse, nos regalan una invitación a transformar tanto nuestras paredes como nuestras ideas.