(Fotografía de Andrés Francçois McKenzie en Unslpash)

Desde hace muchos años, de manera inocente y sin conocer el valor de la información, comenzamos a compartir muchísimos de nuestros datos en internet, dando permiso para que compañías, hoy en día, nos conozcan mejor y más que muchos de nuestros seres queridos.

Luego de varios escándalos relacionados a la protección de datos, como el WannaCry (donde se atacaron 141 mil computadoras alrededor del mundo) o Wikileaks (donde se publicaron datos secretos del ejercito estadounidense); las y los usuarios en redes han comenzado a estar más pendientes del manejo y el uso que se da de sus datos.

Hoy en día, las personas quieren tener más control sobre su información y quieren saber que al compartirla, ésta permanecerá secreta y segura. Conforme aumenta la concientización sobre el valor de los datos, aumenta la relevancia de esta clase de economía.

Debido a la falta de claridad y el aumento de la preocupación relacionada a la seguridad de datos, las compañías están buscando soluciones tecnológicas de blockchain (en español “cadena de bloques”) que les permitan realizar transacciones transparentes y seguras.

Esta clase de estructura de datos funciona desde hace varios años, gracias a Bitcoin, pero la tecnología complementaria apenas esta comenzando a madurar y convertirse en una base viable para otras aplicaciones.

¿A qué nos referimos con Blockchain y Bitcoins?

La cadena de bloques, es un sistema que permite el estructurar y transferir datos mediante una gestión descentralizada, al evitar el uso de intermediarios. Esto otorga un mayor control de la operación por parte del dueño del dinero o de la información.

Javier Pastor lo explica de una forma bastante sencilla; estamos hablando de un libro de cuentas donde el registro está cifrado y estructurado de forma que las transacciones (de cualquier clase, no solamente económicas) sean más seguras y privadas que las que se dan a través de entidades. De hecho, en esta clase de sistema no se revela la identidad del solicitante de la transacción, solo se conoce que una cartera digital quiere realizar una transferencia de cierta cantidad de bitcoins.

Lo que hace que el proceso sea tan transparente, es que depende de varios nodos (usuarios, empresas, etc.) que se encargan de verificar y validar la transacción, para poder registrarla como un bloque dentro del libro de cuentas. Además, toda la información del bloque es pública y trazable, a excepción de la identidad de las partes.

Una vez que se cierra un bloque, la transacción se vuelve irreversible, de manera que nadie puede modificar el libro de cuentas, desviar bitcoins o cometer fraude.

Esta práctica se ha vuelto popular alredero del mundo, pero es más común entre las generaciones Z y Y (en Europa un 26% de la Y). Y al tratarse de las industrias, se ve una mayor adopción por parte de los sectores financieros, los medios, las compañías de entretenimiento, y la compra minorista (retail).

Bitcoins

Al utilizar la palabra bitcoin, hacemos referencia a una clase de criptomoneda, lo que podríamos entender como una moneda digital y tipo de divisa alternativa, de distribución global. Esta fue la primera de su clase, saliendo al mercado en el 2009.

Aunque se desconoce quien o quienes son sus creadores, la primera transacción que se hizo utilizando bitcoins fue la compra de dos pizzas de Papa Johns.  En ese momento 10 criptomonedas eran equivalentes a $41 dólares estadounidenses, pero al día de hoy esto equivaldría a 41 millones de dólares.

Desde entonces han surgido muchas otras criptomonedas, como Scolcoin, DeepOnion, Mercoin, pensada para el uso en Latinoamérica, y Ethereum, que en el 2017 aumentó su valor un 2000%.

Usos que se le da al blockchain

Muchas personas piensan que el uso de las cadenas de bloques, se reduce a transacciones de tipo económico. A pesar de esto, hoy en día, este sistema sobrepasa el sector financiero y soluciona necesidades que surgen en otras industrias.

Por ejemplo, TUI, la compañía de turismo más grande a nivel mundial, fue de las primeras en adoptar esta clase de tecnología. Ellos desarrollaron un proyecto de blockchain para uso interno, llamado “Bed-Swap”, que les permite mover inventario entre diferentes puntos de venta y flexibilizar los márgenes, al evaluar la demanda en tiempo real.

También, en la industria musical se puede ver como Spotify, una aplicación de música vía streaming, adquirió Mediachain Lab. Mediachain es un protocolo de metadatos federado de medios colaborativos, que permite la creación de aplicaciones descentralizadas y donde se da un proceso de creación y pago más transparente a partir del blockchain.

Como estos dos ejemplos, existen muchos otros que demuestran la aplicación de la cadena de bloques en diversos tipos de servicios privados y públicos. Se dice que esto, inclusive, va a llevar a iniciativas que en un futuro podrían provocar la descentralización de los gobiernos, convirtiendo todos los procesos en algo de acceso e interés mundial.

Si le interesa conocer cómo otra compañía adoptó esta tendencia para promover su marca ingrese aquí: TDA Blockchain

Ventajas para el consumidor

Esta tendencia trae consigo muchas ventajas, tanto para el consumidor como para las marcas, comenzando por que facilita los procesos de pago y la cultura de demanda, al mejorar los servicios en masa a través de contratos inteligentes y seguros. Al mismo tiempo que asegura a los consumidores un mayor control sobre sus datos.

Además, impulsa el espíritu emprendedor, ya que permite el financiamiento inclusivo, provocando que cualquier persona pueda expandir su negocio con mayor sencillez, a cualquier mercado.

En el caso de las empresas, la transparencia de los procesos abre la oportunidad de demostrar a otros sus credenciales, y a su vez, facilita la realización de estrategias de mercadeo cada vez más personalizadas.

Pero lo que más impulsa esta tendencia es el sentido de colectividad que la envuelve. El blockchain y las criptomonedas permiten que las personas unifiquen sus fuerzas para redefinir de una manera colectiva las relaciones y el balance del poder, que actualmente esta definido por las corporaciones y no necesariamente por los ciudadanos.

Fuente: OMD, Trends.