Carlings, una tienda de ropa, está consciente de cómo el abaratamiento de los costos y la producción masiva han llevado a que la industria textil tenga uno de los impactos más graves en el medio ambiente.

A sí mismo, conocen a sus consumidores y entienden que una de las razones por las que ha aumentado la frecuencia de consumo mientras el uso de la ropa se ha vuelto más pasajero, se debe a la adopción de las redes sociales y al rechazo a aparecer en diversas publicaciones con el mismo atuendo.

Inspirados en las identidades en línea y los videojuegos, la marca encontró una manera de aportar a la tendencia “cero-basura”, sin afectar los hábitos de consumo de sus clientes.