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De vuelta a la segunda generación
Siempre nos han enganchado con frases como lo “último del mercado”, “más pixeles y capacidad”, “tecnología de punta”… pero, ¿Qué pasa cuando ya los consumidores no quieren celulares inteligentes y andan en búsqueda de algo más sencillo?
Con la premisa anterior, venimos a anunciar el regreso de los celulares “tontos”; esos con una pantalla muy pequeña y un teclado que suena cada vez que se presiona una tecla, limitados en funcionalidades (comparada a los celulares inteligentes) y con un uso casi que reducido a hacer llamadas o enviar mensajes de texto.
Originalmente estos celulares aparecieron en los 90s y se les llamó de “segunda generación”, pues venían con mejoras como la calidad del sonido, seguridad, posibilidad de contestar a los mensajes y conectarse al roaming. Pero poco a poco, se les fueron agregando más funcionalidades, lo que aumentó la demanda, redujo los precios y masificó la posesión de esta tecnología. Sin embargo, con la aparición de los celulares “inteligentes” estos fueron saliendo del mercado. Por eso, hoy en día, al ser artículos nostálgicos y escasos, estos teléfonos han vuelto a ganar popularidad.
Los jóvenes son los encargados de traerlos de regreso
Es cierto que a todas las personas les genera nostalgia recordar sus años de niñez o adolescencia, y esto se recalca con recuerdos de la moda, cultura o entretenimiento de otras épocas. Este sentimiento nace de la necesidad de reconfortarse en algo “conocido”: el pasado; por su asociación con momentos más “sencillos”, experiencias positivas y felices.
No obstante, las generaciones más jóvenes (millennials y centennials) son quienes más se inclinan por estos productos de su niñez o la de sus padres. Así como lo plantea BBC, la nostalgia, la moda y los videos en Tiktok con millones de vistas, han sido parte del regreso de estos celulares “tontos”.
Estos artefactos que ahora son “raros”, les permiten sentirse diferentes, conectados con otras generaciones y otros tiempos. Por eso, la tenencia de celulares de segunda generación ha ganado popularidad. De hecho, han aumentado las búsquedas de estos un 89% en Google del 2018 al 2021, y sus ventas han alcanzado mil millones de unidades a nivel global.
Pero, ¿Qué hace que los jóvenes quieran cambiarse a un celular con una menor funcionalidad?
La realidad, es que los guía más la necesidad que el gusto. De hecho, su presupuesto limitando y disponible para gastar en tecnología es uno de los principales elementos que los lleva a considerar usar un celular “tonto”. Ellos andan en búsqueda de dispositivos más baratos (de $80 o menos) y no uno de $600 o más. Además, estos también implican un ahorro en servicios adicionales que actualmente ofrecen los celulares inteligentes, como: más espacio para guardar fotos y aplicaciones, o incluso el internet.
A su vez, consideran los beneficios que podrían obtener a largo plazo. Por ejemplo, estos de segunda generación son reconocidos por ser casi “indestructibles”, aguantando agua, golpes y caídas mejor que los más nuevos. A su vez, estos tienen una carga que comparativamente pareciera infinita, pues su batería puede aguantar días y no hace tanta fata andar cargando con el cargador por todas partes.
También, tienen una mayor vida útil, pues el propietario no se tiene que preocupar por “últimas actualizaciones”.
Esto resalta una tendencia que se sale de lo que hemos visto años anteriores, el valor puesto en lo material y lo más nuevo; pasando a la búsqueda de la mayor conveniencia, simpleza y facilitación de tareas dentro de la rutina. A pesar de que el uso de estos celulares empezó solo como respuesta a un sentimiento de nostalgia, ahora su moda capitaliza sobre la utilidad y simpleza.
Escape de la realidad virtual
Junto con las molestas actualizaciones que traen cambios insignificantes, pero son necesarias de hacer para seguir utilizando sus dispositivos; los consumidores ya están cansados de ver siempre el mismo contenido, de la hiperconectividad y el tiempo que les consume adaptarse constantemente a nueva tecnología. Además, de encontrarse con estereotipos erróneos, noticias falsas o fuera de su interés en Redes, y estar constantemente comparándose con los demás.
Lo anterior, es un factor más que ha impulsado el uso de celulares de segunda generación, pues hay un deseo generalizado de escapar el mundo virtual y sus presiones. Incluso, propietarios de teléfonos de segunda generación han compartido sus experiencias al darse cuenta de lo mucho que sus dispositivos inteligentes se apoderaron de su vida, hasta que hicieron el cambio a uno de los viejos. Algunos comentan: “Antes siempre estaba pegado al teléfono, revisando cualquier cosa, navegando por Facebook o las noticias u otros hechos que no necesitaba saber”, o “Un gran beneficio es que no soy adicto a dar ‘me gusta’, a compartir, o comentar”.
Entre marzo y noviembre del 2021, en Costa Rica se observó que personas que están en edades entre los 25-34 años redujeron su tiempo de uso del celular a un 37%, esto podría ser algún tipo de respuesta al cansancio que tienen del internet.
Muchas personas se han acostumbrado tanto a una vida conectada a internet y a sus redes sociales que les cuesta mucho despegarse, o hasta imaginarse una vida sin estar pendiente de lo que está sucediendo online. Por lo tanto, la solución para muchos ha sido cambiar su dispositivo, pero nosotros como mercadólogos nos preguntamos qué tan sostenible y real es esperar que esto se vuelva una revolución de mayor escala.
Entre marzo y noviembre del 2021, en Costa Rica se observó que personas que están en edades entre los 25-34 años redujeron su tiempo de uso del celular a un 37%, esto podría ser algún tipo de respuesta al cansancio que tienen del internet.
Muchas personas se han acostumbrado tanto a una vida conectada a internet y a sus redes sociales que les cuesta mucho despegarse, o hasta imaginarse una vida sin estar pendiente de lo que está sucediendo online. Por lo tanto, la solución para muchos ha sido cambiar su dispositivo, pero nosotros como mercadólogos nos preguntamos qué tan sostenible y real es esperar que esto se vuelva una revolución de mayor escala.
¿Qué han hecho las marcas?
Es claro que esta micro-tendencia aún no representa una amenaza real para las grandes marcas de telefonía; de hecho, para muchas significa una oportunidad para conectar con un segmento distinto y traer de regreso clásicos que les permiten conectar con quienes quieren algo más simple. De hecho, para marcas como Nokia, Cat y Alcatel, esta moda mejora su posicionamiento y los hace volver a integrarse en la conversación.
Un ejemplo de una empresa que ya sacó provecho de esto hace unos años fue Nokia, quien en el 2017 lanzó de nuevo su famoso modelo 3310, el cual generó gran asombro tanto en los consumidores como en el Mobile World Congress de ese mismo año. Este trae algunas funciones extra con las que la versión de los 2000 no contaba, como: calendario, reproductor de música, cámara, menú de funciones, el icónico juego de la serpiente y algunas cosas más.
Pero también se han sumado nuevas empresas que están tratando de liderar la revolución con nuevos productos (con funciones de segunda generación pero estética más moderna) dirigidos a este mercado. Por ejemplo, la marca Mudita Pure, la cual por medio de sus campañas busca transmitir los beneficios de la desconexión del internet con el uso de sus celulares. Al igual que Light Phone, una empresa que se creó bajo un concepto de ir ligero quiere que “el usuario sea el cliente, no el producto que cualquier aplicación puede rastrear”.
Las funciones de su teléfono ligero son bastante sencillas: llamar, enviar mensajes de texto, conectarse a bluetooth, reproducir música o podcasts, alarma, calculadora y directorio. Además, el usuario puede personalizar su barra de herramientas, así como conectarlo a la computadora y pasar música en cuestión de segundos. Ellos implementan un sistema operativo llamado Light OS (el cual puede ser actualizado a futuro) y crearon un dispositivo con pantalla táctil de papel electrónico, la cual tampoco emite ninguna luz azul como sí lo hacen las tradicionales. Además, a pesar de usar nueva tecnología, su diseño y funcionalidad hacen que el usuario permanezca lo más desconectado de internet que pueda, reduciendo su ansiedad.
Pero, ¿significa que todos volveremos a los teléfonos de segunda generación?
El regreso de estos teléfonos “tontos” ha sido principalmente por las generaciones jóvenes, pero si bien es cierto, no excluye el uso de este por personas de otras edades. No obstante, la decisión de escogencia se basaría principalmente en el estilo de vida que la persona tenga, o bien esté en búsqueda de. Ya sea alguien que por su trabajo necesite estar conectada y en constante comunicación instantánea, o quien busca una desconexión y una mínima funcionabilidad.
A su vez, se puede dar un uso híbrido de estos aparatos. Tal como lo propone la marca Light Phone, este tipo de celulares pueden servir como solo un escape de la tecnología, mientras que igual se tiene la opción de seguir conectado con sus seres cercanos por medio de lo digital. Esto puede causar que cada vez más personas busquen estos productos en el mercado para obligarse a desconectarse por pequeños ratos, teniendo siempre funciones básicas para el día a día.
ANNALECT
Annalect – Unidad de consultoría en efectividad de marketing basado en Datos y analítica de OmnicomMediaGroup.